viernes, 4 de septiembre de 2009

A favor de la dictadura del entusiasmo

Me declaro total devoto del entusiasmo. A pesar de la realidad cruel, de un Estado ensorbecido con la violencia, cínico aval de la mano dura cuando la protesta de los ciudadanos esgrime. Qué más da si es el sindicato de camioneros. Qué más da si son señoras y niños o ciudadanos de a pié inconformes, simplemente porque pueden estarlo, porque merecen estarlo. Criminalizar la protesta es un acto constante, repetitivo, sordo, seco, de nuestras brutas autoridades. Que por cierto no debieran serlo. Su mandato debería ser revocado urgentemente.

Estoy a favor del entusiasmo de quienes salen a la calle, dejan hogar y pañales, sillón y televisión, cenicero y perro o gato. Estoy a favor del arrebatado fervor de quienes lloran por su tianguis atropellado por rutas de camión que antes no circulaban la calle. Totalmente enternecido por quienes se suman al vocerío y dicen "no puede ser, así no, qué tonto gobierno, no sabe lo que hace". Y absolutamente repruebo a quienes justifican las palizas para sentar los argumentos, o los intereses, que a veces son iguales. Su gesto festivo y cómplice de un gobierno que golpea me produce vergüenza y brazos fruncidos.

Qué más da si este señor lo que quiere es esta u otra cosa. A golpes a nadie se le responde, a nadie se le debe reprimir. Aborrecer la espada, la pistola o la macana es hoy un acto heróico y altivo. Es un síntoma de evolución, un salto cuántico, un breve indicio de que algo se ha aprendido, un mínimo instinto político.

La única dictadura que aplaudir es la del entusiasmo. Porque en un mundo que se cuece a putazos y se diseña a base de salibazos con tufo a rabia, el pesimismo es la norma y la alegría de idiotas. Pero es ésta la que mueve montañas. Mi aplauso pues, para los idiotas que salen a la calle y enfrentan la dictadura del tedio y del agandalle, de la macana y de la palma peluda. Hoy lo menos que podemos fabricar son indignaciones, ante políticos y corporativos tan indignantes. Pero que el ánimo de confrontarlos con entusiasmo, no decaiga, que se convierta en un cínico placer, en su sentido más antiguo: total desprecio en un acto sonriente y soberano.

lunes, 8 de junio de 2009

¿Por qué son y no son importantes las elecciones?

por el alumbrado

Las elecciones son una estrategia para arrebatar el apoderamiento de los individuos de su ciudad, de sus circunstancias, de su país. En este sentido, ir a votar no nos convierte necesariamente en ciudadanos, incluso puede producir el efecto contrario. A través de las elecciones confundimos nuestro deseo por participar de la construcción de nuestro mundo con el mecanismo de emplear el tiempo ante las urnas eligiendo un supuesto representante.

Hacerse ciudadano (cosa muy diferente a ser ciudadano) es cosa de todos los días. Tiene que ver con la experiencia que hacemos del espacio y del tiempo que habitamos, ya sea mediante el goce o el repudio de ello. Pero el hacer va más allá del mero espectáculo que transita ante nuestros ojos. Tiene que ver con la atención que damos a dicha experiencia y donde nos percatamos de lo agradable o desagradable de ella. Aquí nos interesa el disgusto, sobre todo cuando desemboca en un asunto activo, como son la manifestación urbana, la demanda jurídica o la exigencia del cumplimiento de las tareas de los responsables en turno.

El disgusto se vuelve pasivo por la falta de vitalidad o interés, o por el cansancio de los esfuerzos diarios, aunque no son éstos su último pretexto. La pasividad en último término se produce cuando no hay un clima propenso a transformar el disgusto en gusto a través de la reacción y acción. Aquí entran en juego la imaginación, la información y las instituciones que los individuos conocen o desconocen y que funcionan o han dejado de funcionar, siendo un mero espejismo de efectividad y compromiso.

En el caso del disgusto activo, el experimentador debe imaginar cómo resolver su disgusto, que puede ir desde la búsqueda de canales ya establecidos para ello (las instituciones) hasta la ardua pero artística labor de inventar nuevos canales, sobre todo cuando los canales que ya existen están tapados o son meras ilusiones que desembocan en el caño. Cuando vamos a votar se nos dice que esa es la manera más efectiva de canalizar los disgustos para elegir los medios que nos traerán los nuevos gustos. Pero en realidad ello es un arrebato de nuestro disgusto, lo que puede producir cierta tranquilidad pues nos han quitado esa inconformidad y nos han dado a cambio la sensación de haber hecho lo correcto.

Hoy en México las elecciones son ese espejismo que se apropia del disgusto ciudadano y lo encausa al caño. Así sucede porque un disgusto que pudo ser mucho más fructífero si no se desahogara en la simple elección, donde se acaba con el mero ritual vano de escribir sobre un papel. Deberíamos entender que eso es una farsa, por dos razones. La primera, que los electos no pueden resolvar todos nuestros disgustos por ellos mismos, es decir, sin nuestra participación. La segunda, que los políticos que hoy elegimos no están comprometidos con el trabajo real para transformar esos disgustos, pues lo que en el fondo hoy les compromete es su propio partido y sus intereses muy individuales. Después del 5 de julio los disgustos seguirán a la orden del día y los individuos seguirán acumulando ese disgusto hasta la próxima elección.

Hay otra manera más romántica de entender las elecciones. Se nos dice que es la boda entre ciudadanos y futuros gobernantes, el momento ritual donde uno deposita su confianza en el dedo del otro. Es decir, uno regala su anillo al otro. En este sentido etimológico, cobra sentido hablar del dedo anular, pues como su nombre lo dice, es el dedo que pasará a través del anillo. Hay quienes colocarán gustosos su carísimo anillo (pues las campañas son muy costosas) al dedo de los candidatos.

Los que hoy convocan a anular el voto en el fondo dicen que no quieren casarse, y que en lugar de presentar el anillo presentarán también el dedo anular. Dedo anular contra dedo anular y ahora sí estamos hablando de un encuentro equitativo y no de un mero engrane.

Pero no hay que dejar de pensar las cosas. También presentar el dedo anular puede desembocar en otra especie de engaño, en otro desahogo: que todo termina con esa gran cruz sobre la boleta. Aunque probablemente quienes han promovido el rechazo al matromonio (eso de que me representen es bastante machista) tienen idea de qué tipo de relación distinta quieren, no es seguro que todo mundo lo sepa ni que los mismos promotores en realidad vayan a trabajar por ello.

Así que es necesario restarle importancia al acto electoral. En él simplemente comenzará un gran rechazo a abandonar el disgusto y la inconformidad en las urnas (el anillo de los partidos). En su lugar los ciudadanos habrán de quedarse con ese disgusto, pero para trabajarlo y transformarlo realmente. Es el motor del cambio, que no nos lo alimenten con gasolina barata y altamente contaminante.

Habrá que imaginar nuevas formas para transformar esos disgustos. Habrá que crear otras relaciones con la clase política, habrá que destapar los canales y sacarlos del caño para apuntarlos efectivamente a donde deben ir. Hay que hacer muchas cosas y recuperando la fuerza, la alegría, la vitalidad, a pesar del malestar y la tristeza que hoy nos producen las campañas electorales.

Y la clase política tiene que participar si quiere seguir en el juego, porque hoy el juego se hace en la cancha de los ciudadanos, que son la mayoría y que somos todos, votemos como votemos o no votemos.

domingo, 12 de abril de 2009

Pronunciamiento contra la desaparición de la filosofía en la reforma de la SEP

A las autoridades de la SEP

A la opinión universitaria nacional

A todos los profesores de nivel medio superior del país

A la opinión pública

Pronunciamiento contra la desaparición de la filosofía

en la reforma de la sep

La comunidad filosófica nacional, se encuentra seriamente preocupada por la desaparición de la filosofía en los planes y programas de estudio de las instituciones de enseñanza media superior de todo el país, como se ha establecido en la “Reforma Integral de Educación Media Superior” (RIEMS) publicada el 26 de septiembre de 2008 en el Diario Oficial de la Federación, a través del Acuerdo 442.

Esta reforma busca unificar la enseñanza en todos los subsistemas, a partir de lo que denomina “competencias y habilidades” cuyo fin es el de formar a individuos que se incorporarán al mercado de trabajo nacional, en el marco de la llamada “globalización”. En la RIEMS, la filosofía se ha eliminado del conjunto de disciplinas básicas y el único papel que se le asigna se expresa en un pié de página del mencionado acuerdo, en donde se declara que, las disciplinas filosóficas, tendrán “un carácter transversal” y “podrán incluirse si se considera pertinente”, es decir, en forma evidentemente aleatoria y discrecional. Así mismo, las humanidades se omiten como área básica en la formación de los estudiantes, considerándose indispensables y suficientes solo a las Matemáticas; algunas ciencias naturales y sociales y la comunicación.

Es evidente que los rasgos generales de esta reforma provienen de las indicaciones de la OCDE y de los Acuerdos de Bolonia y el Proyecto Tuning para la Unión Europea que no son pertinentes para nuestro país, el cual debería realizar una reforma educativa tomando en cuenta su propia historia y sus características como nación. De igual forma, las críticas que han surgido en Europa al Plan Bolonia deberían de ser interpretados como un llamado de atención a los autores e impulsores de esta reforma. Por otro lado, el gobierno mexicano no debería estar en contra de las principales orientaciones de la UNESCO, organismo que ha estado realizando esfuerzos universales justamente en un sentido opuesto, es decir, para que la filosofía, por su carácter humanístico, no sólo se enseñe en el bachillerato sino en todos los ámbitos de la sociedad. La UNESCO, de la cual forma parte activa nuestro país y aprueba sus resoluciones, ha expuesto de manera expresa, a través de sus documentos, que la filosofía contribuye a la formación de la ciudadanía; el respeto al multiculturalismo; los derechos humanos; el pensamiento crítico y la democracia, objetivos aducidos, al menos en apariencia, por la RIEMS que eliminó a la filosofía hasta el grado de dejarla como nota al pié de página.

Desde la República Restaurada hasta ahora, la filosofía ha sido uno de los principios rectores que guiaban los planes y programas de estudio del bachillerato, sin embargo, hoy, por primera vez, se decide, en forma inconsulta, eliminar las materias filosóficas empezando por la lógica, que desde los tiempos de Gabino Barreda, cumplía la función de proporcionar al estudiante los elementos necesarios para la formación de un pensamiento correcto. De igual forma, se puede demostrar ampliamente, la importancia y necesidad de otras disciplinas como la ética, la estética, la teoría del conocimiento o la historia de la filosofía como parte esencial de la formación de los estudiantes. Lejos de lo que pudiera pensarse, estas disciplinas contribuyen a que cualquier persona desempeñe de una mejor manera cualquier actividad.

La enseñanza de la filosofía, implica el desarrollo de una formación personal que tiene como resultado la constitución de ciudadanos con un pensamiento crítico, autónomo y reflexivo. Este primer contacto, y por desgracia, casi único, de los jóvenes con el quehacer filosófico, los hace más conscientes de sí mismos y del mundo en que viven, permitiéndoles una verdadera educación en valores frente a la corrupción, la desigualdad extrema, la discriminación y la ignorancia.

La nueva reforma de la SEP, concentrada en el adiestramiento práctico-utilitario, atenta en contra de este tipo de formación, absolutamente necesaria en un mundo cuyas tendencias principales son el productivismo que ha llevado a la destrucción de los sistemas ecológicos; la automatización y sus efectos; la desigualdad; la crisis de valores y la transición hacia una nueva figura del mundo.

Por todo lo anterior, los abajo firmantes, Presidentes de Asociaciones filosóficas nacionales; directores de Facultades, Departamentos e Institutos de filosofía y miembros de la comunidad filosófica nacional, nos pronunciamos, en forma enérgica, en contra de la marginación y desaparición de la filosofía como parte de la formación básica del bachillerato y solicitamos a la SEP su integración como disciplina básica. De no adoptarse esta medida, además de la grave ausencia de una formación humanística del estudiante, inevitablemente llevará a la desaparición de las carreras de filosofía en todo el país ocasionando un profundo daño a la cultura y la vida nacionales.

La comunidad filosófica nacional no está en contra de formar a personas en el más alto nivel de sus capacidades y habilidades, pero al mismo tiempo considera como absolutamente necesaria una formación filosófica para que pueda cumplirse dicho fin.

Hacemos un llamado a las Instituciones de Educación Superior de México, a las asociaciones profesionales y a la opinión pública a sumarse a esta declaración.

México, D.F. 30 de marzo de 2009.

OBSERVATORIO FILOSÓFICO:

(Orden alfabético)

Ángel Alonso Salas (UNAM-FES-Acatlán y CCH Vallejo-UNAM); Juan Carlos Ayala Barrón (Universidad Autónoma de Sinaloa y Círculo Mexicano de profesores de filosofía); Francisco Javier Concha Leal (Colegio de Bachilleres); Shirley Florencia de la Campa (IEMS. Sistema Semiescolarizado e IXTLI, Asociación Mexicana de Profesores de Filosofía de Educación Media Superior); Lucio Sergio Flores Andrade (CCH Oriente-UNAM);Guillermo Hurtado Pérez (Instituto de Investigaciones Filosóficas-UNAM); Amalia Xóchitl López Molina (Facultad de Filosofía y Letras-UNAM); Raymundo Morado Estrada (IIF-UNAM y Asociación Filosófica de México); Ausencio Pérez Olvera (IEMS. Sistema Escolarizado e IXTLI, Asociación Mexicana de Profesores de Filosofía de Educación Media Superior); Virginia Sánchez Rivera (CCH Vallejo-UNAM y Academia Mexicana de Lógica);J osé Alfredo Torres (Facultad de Contaduría-UNAM); Gabriel Vargas Lozano (Departamento de Filosofía de la Universidad Autónoma Metropolitana-Iztapalapa).

Representantes de los Estados:

Estado de México (Dr. Juan Monroy. Fac. de Humanidades de la UAEM)

Guerrero: Alfonso Aguario (Comisión de Reforma de la UAG)

Jalisco: Mtro. José Clemente Castañeda (U de G)

Puebla: Mtra. Célida Godina (BUAP)

ASOCIACIONES

Dr. Raymundo Morado Estrada (Presidente de la Asociación Filosófica de México).

Lic. Juan Carlos Ayala Barrón (Presidente del Círculo Mexicano de Profesores de Filosofía)

Lic. Ausencio Pérez Olvera (Presidente de IXTLI, Asociación Mexicana de Profesores de Filosofía de Educación Media Superior).

Dr. Jesús Rodríguez Zepeda (Presidente de la Asociación Iberoamericana de filosofía política).

Mtra. Virginia Sánchez Rivera (Vice-Presidenta de la Academia Mexicana de Lógica).

Mtro. José Clemente Castañeda, Presidente de la Asociación filosófica de Guadalajara.


INSTITUCIONES, COLEGIOS Y ACADEMIAS

Dr. Guillermo Hurtado. Director del Instituto de Investigaciones Filosóficas.

Dr. Jesús Rodríguez Zepeda. Coordinador del Posgrado en Humanidades de la UAM-I

Gabriel Vargas Lozano (Responsable del Centro de Filosofía Latinoamericana e Ibérica de la UAM-I).


PROFESORES E INVESTIGADORES DE FILOSOFÍA.

ESTUDIANTES DE LICENCIATURA Y POSGRADO.


*Invitamos a todas las asociaciones, profesores, estudiantes y personas afines del país a adherirse a este pronunciamiento y participar, tanto en nuestros espacios electrónicos como en las acciones que llevaremos a cabo.

Página Web de "Observatorio Filosófico":

http://observatoriofilosoficomx.blogspot.com

Blog de “Observatorio Filosófico”

http://sites.google.com/site/observatoriofilosoficomx/

miércoles, 4 de marzo de 2009

"quieren pan y se los dan"


La fundación TELMEX está tan preocupada por aquellos seres que padecen no solo de 1) mala alimentación, sino también del 2) ingreso necesario para darle calor a su existencia o 3) falta de servicios médicos adecuados y gratuitos, 4) desprotección legal contra la común ambición humana y su astuto sistema jurídico hábil para despojar de la tierra a quienes la trabajan...Por eso la fundación TELMEX, que no sólo es dueña de 1) nuestros bolsillos acaparados por celulares más que por dinero o ideas sino que también es 2) dueña de los deliciosos aromas de sus productos GLOBales en panadería, por eso y porque el hambre es una injusticia como lo es pagar unas de las tarifas telefónicas más caras en el mundo en un país que tiene sumida a la mayoría de su población en condiciones miserables...Por eso y porque tienen para regalar porque les sobra...por eso y porque el dueño es uno de los hombres más ricos del planeta...pero es generoso...por eso la fundación TELMEX te lleva el pan a tu hogar.

(Estas fotos fueron tomadas por el alumbrado en una de sus tantas caminatas, esta vez en el distrito federal, una de las tantas ciudades de México. Tras haber tomado las fotos, el alumbrado que se hacía pasar por un simple turista koreano, fue perseguido por hombrecillos con wokitokis, alarmados porque seguramente el camarógrafo haría algo siniestro con las fotos, como exponerlas a la luz y relatar cuanta tristeza le dará pensar que los panes fotografiados serán digeridos por estómagos devaluados como "excesos" de la perfección social "útiles" para mantener al "Estado de derecho" cuando de votar se trate. Para mayor gloria del señor Slim).
Sugerencias:
1) tirar al inhodoro el celular.
2) dejar de consumir gasolina.
3) cultivar alimento en el techo, el traspatio, en lugar de la cochera (los autos son buenas macetas) o consumir productos locales, de gente que sabes que los trabaja con métodos sustentables y con mucho amor.
4) Hacer sólo las llamadas necesarias; buscar la autonomía telefónica y consolidar una red de comunicaciones controlada únicamente por los empleados que le dan el soporte necesario y la administración a la empresa sin especulación.
5) utilizar casco de protección antiwireless (pronto podrán leer nuestras mentes o hacer palomitas con los cerebros). O mejor aún, tener tus propias ideas, virus indescifrables para los programas de selección de códigos mentales.
6) cuestionar la necesidad del internet, útil para obtener información que genere pensamiento colectivo y libre, para todos. Hacer lo mismo con la tecnología, útil para ahorrar ciertos esfuerzos o diseñar estrategias de construcción comunitaria, pero abominable cuando controla el deseo humano y la exploración corporal de la imaginación.
7) comer frutas y verduras crudas. Sobre todo si tienes aritmias cardiacas, jaquecas, gripas, dolores musculares u óseos y si aún te gusta la vida (la comida intacta del fuego está viva no como esos panes embolsados que nomás rellenan de nada la miseria).
8) apagar la computadora y meditar: hacer silencio mental por lo menos 20 min. Respiración con ritmo. Todo se disuelve en la quietud, de donde brotará una nueva alegría.

domingo, 1 de marzo de 2009

Un medio de transporte que no solo transporta

Efectivamente, la bicicleta es un medio de transporte, al igual que el automóvil y otros, y es algo tan sencillo como eso. El problema es cada medio hará de una ciudad y de su modus vivendi algo muy distinto.

Podríamos pensar cada medio de transporte como una manera de apropiarse del conjunto de relaciones que desarrollan el ser de la ciudad. Esta apropiación es más bien como un soporte o punto de apoyo, a partir del cual un individuo puede hacer uso de su sensibilidad y captar el conjunto cósmico que le envuelve. Digamos que estos medios de transporte son como un terruño de tierra o una isla que flota en el océano (hay unas islas especiales que no están “enraizadas” a la superficie terrestre).

Pues bien, cuando ocurre el cambio de paradigma del automóvil como medio privilegiado de transporte a la bicicleta como medio “alternativo” de transporte, se vuelve visible que la ciudad tiene unas dimensiones nunca antes reconocidas. Contra la lógica de la evidencia, hay distancias que pensábamos eran más “largas” pero que al recorrerlas en bicicleta nos parecen más “cortas”. Y no sólo se trata de la proporción espacial, sino de su inseparable experiencia temporal. Es más rápido en condiciones de tráfico cubrir ciertas distancias en bicicleta. De pronto se nos descubre el universo de la proximidad.

El efecto inverso también es típico y es causa del pretexto más común para evitar el uso de la bicicleta. Las distancias entre ciertos puntos son inmensas y el rendimiento del cuerpo no permitiría cubrirlas sin un saldo grave de agotamiento y de pérdida de tiempo.

Hasta aquí reflexiones muy básicas. La situación se vuelve compleja cuando nos preguntamos, ¿quién decide cuáles son y dónde colocar los lugares de interés colectivos y quién decide los trayectos entre ellos? Podríamos decir, ingenuamente, que nosotros valoramos ciertos puntos y que por lo tanto es nuestra voluntad la que determina la necesidad de ir o no ir a tales o cuales. Esto es muy cierto pero no estamos tomando en cuenta la complicación de que la ciudad es también un centro atractor de intereses comerciales donde se desenvuelve un “mercado”.

Dicho lo anterior, podemos asegurar que la ciudad es un terreno polémico donde distintas fuerzas lucharán por situar el interés de los habitantes en tal o cual lugar. Ya sean los centros comerciales, las escuelas, los hospitales, los parques, las maquilas, los centros de operación, los condominios, los antros, los bares, las plazas, las casas, los supermercados, zoológicos...Todos ellos están condimentados por 1) el interés que unos ponen en atraer a otros y 2) por el interés que unos mismos poseen por sus necesidades o gustos personales.

Lo polémico del asunto está en que no todos pueden tomar las primeras decisiones. No todos pueden decidir qué lugares son los interesantes y en dónde colocar los centros de trabajo. Además no todos hemos tenido la claridad para definir nuestros propios intereses. En parte porque las cosas ya estaban ahí cuando llegamos, son antiguas, pero en muy gran medida porque deciden quienes acaparan el potencial económico de la ciudad y tienen el potencial para influir en las políticas públicas. Con dinero se compra el permiso para poseer tal o cual lote, para comprar al funcionario x y obtener permiso para invadir el bosque o reducir el parque o abrir paso a una nueva avenida o un nuevo centro comercial.

La ciudad no esta construida por los ciudadanos sino por unos cuantos, ciudadanos algunos y otros no (corporativos que no padecerán las condiciones de vida de la ciudad, pues no respiran), pero que tienen los elementos necesarios para tomar decisiones por el resto. Si bien esta reflexión pudiera ser calificada de extremista o maniquea, al menos señala que la ciudad no es para todos, o no aún y que lejos de valorarla como el medio de vida por excelencia, hay que pensarla como problemática y monstruosa, pero que bien podría ser más incluyente y más responsable con el mundo que deteriora (ríos, bosques, flora y fauna y la salud de los humanos que depende de todo ello). Y muy probablemente así podría suceder si la ciudad fuera dirigida y elaborada por una ciudadanía educada para ello, no atenazada por el rigor de la ley sino potenciada por la creatividad de darse la propia ley de manera constante y activa. Tan solo admitamos que podríamos construir centros de vida que incluyan vivienda, esparcimiento, educación y trabajo en condiciones de proximidad y que nuestros viajes largos serían para ir de un centro a otro.

La bicicleta es tan sólo un medio de transporte, pero uno que ayuda a percibir con mayor claridad lo complicado de vivir en una ciudad que no ha sido diseñada para todos, que no es disfrutable por todos y que no esta pensada para ser recorrida a conveniencia.

La bicicleta evidencia que la ciudad está en gran medida determinada por unos cuantos que hoy deciden por nosotros la distancia que habremos de recorrer para ir a trabajar, a estudiar o a conseguir comida. Ellos no cubren los gastos de gasolina, ni mucho menos el estrés del tráfico y mucho menos los peligros de los accidentes (las empresas deberían pagar el precio del tiempo de traslado y del gasto económico). Ellos no piensan que el trayecto debería ser agradable o divertido, ellos piensan que debería ser cubierto rápidamente para tener manos a la obra sin perder dinero. Ellos no quieren saber de los hijos atropellados ni de las mamás molestas que regañarán a los hijos camino a casa porque el tráfico y el calor son insoportables. Ellos no quieren saber si mañana moriremos de enfermedades aún no catalogadas por la ciencia como producto de una vida infeliz, apresurada, esclavizada, estresada. Ellos solo quieren ganar y lo están haciendo.

Si quienes promocionan hoy el uso de la bicicleta aparecen bajo el papel de mimos, de payazos, de hippies, es quizá por la manía de una sociedad a catalogar e identificar patrones de comportamiento ajenos a los suyos, por una inmadurez social incapaz de valorar la diferencia como un éxito cultural o por la ceguera y el embrutecimiento que un programa carcelario de vida nos ha obligado a repetir infinitamente hasta que la muerte nos separe. ¿Qué más da si es un hippie o un hombre elegantemente vestido el que toma la calle? ¿No es más que eso? ¿No es un otro que como yo toma decisiones y puede aventurarse en la vida y disfrutar de ella?

Finalmente, la bicicleta no sólo nos transporta, también nos ancla. Y nos ancla en la irrenunciable pregunta que debiéramos hacer cada día, ¿vale o no la pena vivir en estas condiciones? y ¿puedo ser sujeto de cambio o sólo un parásito obligado a transitar los caminos que no construí?

(gracias a felipeno por su constante provocación a reflexionar nuestra vida urbana)

miércoles, 25 de febrero de 2009

Entre gripa y fantasmas

Las gripas son tan revolucionarias como lo son las bicicletas. Con las primeras es inevitable ir de regreso en la evolución homínida y culminar rendido ante las paredes blancas de una caverna sin sombras. Justo cuando uno estaba por acoplarse a un rítmo frenético, hogar, salir, montar, correr, llegar, trabajar, comer, saludar, visitar, hacer, volver, abrir, entrar, dormir. Justo en ese momento la gripa expresa la inteligencia del cuerpo que es muy determinante: ALTO.

Rendidos ante la inutilidad de nuestros medicamentos, no nos queda mas que aceptar el mandato sagrado, que no es de nadie sino de nosotros mismos. Engriparse es el paso previo para pensar. Es la conciencia pura, la eternidad sin tiempo.

jueves, 12 de febrero de 2009

vivir el tiempo

Kant decía que el tiempo y el espacio son dos aspectos de la misma experiencia. El espacio no es sino tiempo recorrido lentamente y el tiempo un espacio veloz.

martes, 3 de febrero de 2009

riqueza

"Rico no es aquel que posee muchas cosas, rico es quien dispone del tiempo para disfrutar de lo que la naturaleza y la colaboración humana ponen a disposición de todos." Franco Berardi, Bifo

miércoles, 28 de enero de 2009

Oda a la bicicleta

Iba por el camino crepitante:
el sol se desgranaba
como maíz ardiendo
y era la tierra calurosa
un infinito círculo
con cielo arriba
azul, deshabitado.

Pasaron junto a mí
las bicicletas,
los únicos insectos
de aquel minuto seco
del verano,
sigilosas, veloces, transparentes:
me parecieron sólo movimientos del aire.

Obreros y muchachas
a las fábricas iban
entregando los ojos al verano,
las cabezas al cielo,
sentados en los élitros
de las vertiginosas bicicletas
que silbaban cruzando puentes,
rosales, zarza y mediodía.

Pensé
en la tarde
cuando los muchachos
se laven, canten, coman,
levanten una copa de vino
en honor del amor y de la vida,
y a la puerta esperando
la bicicleta inmóvil
porque sólo de movimiento
fue su alma y allí caída
no es insecto transparente
que recorre el verano,
sino esqueleto frío
que sólo recupera
un cuerpo errante
con la urgencia y la luz,
es decir,
con la resurrección
de cada día.

(Pablo Neruda, 1956, Tercer libro de las odas)

martes, 13 de enero de 2009

El ¿eterno? retorno de lo mismo maldito y urbano

De vuelta a la ciudad. Aún no sabemos si la ciudad fue a perseguirnos allá, lejos, frente al mar sobrio (nosotros no, el mar, el mar...), o si fuimos nosotros y nuestra incapacidad para adaptarnos a un medio distinto los que regresamos a ella. Sea lo que sea, comienza otro año, como suelen decir nuestras convenciones "imaginarias" (C.) y simulamos un reinicio de proyectos...A lo mejor ciertamente el hecho de que el Sol reanude un ciclo, aporta algo de novedad a la repitición de lo inevitable: la novedad de que todo se repetirá en un escenario un poco distinto y bajo máscaras diferentes.

Para salir de la ironía empapémonos con una dosis de tranquilidad urbana: el alza en el precio del transporte público (?). Efectivamente, no partimos de cero muchachos, retomamos los mismos asuntos y mientras tanto, unos cuantos se aprovecharon de la narcótica distracción de las navidades para fregarnos. Ya que esto no es novedad y ya que sabemos que el año será igual de atroz o peor que el anterior (lo cuál tampoco sería novedad), pues despejemos el engaño con una dosis de enojo: ¿Le quitamos la palabra público a lo del transporte? Porque ya nos avisaron que si no tenemos dinero pues podemos tomar la bicicleta. A mí me habían enseñado que lo público es lo accesible a todos sin importar condición, edad, ingreso, raza, sexo y esas tarugadas identificadoras. Que efectivo remedio contra la interminable discusión sobre lo público o lo privado, porque de ahora en adelante, lo público se mide por la cantidad de lana en el bolsillo (para salir y comprar fregaderas o subirte al camión) y lo privado se reduce a lo que se queda en casa por jodido (los grillos y las paredes, siempre y cuando no sean rentadas). Elemental.

Olvidando este asunto, que no dejaremos por ahí nomás sino que lo iremos rumiando hasta detonarlo en ira callejera (quizá me suba disfrazado de cerdo a los camiones para que los usuarios se identifiquen conmigo y el chofer ni se inmute), pasemos a lo siguiente: ¿Qué hacemos con este año? Es decir, ¿qué hacemos con esta vida que se nos irá pasando en otro año más? La pregunta no sugiere que meditemos personalmente por aquello "que se nos antoja más" (aunque de algún modo sí), sino que más bien, la pregunta sirve como de freno antes de dar pasos anuales para detener un poco el frenesí de la vacación o del retorno animoso y exasperado al terreno extrañado de la ciudad (la vida urbana se ha vuelto, quizá, un vicio). Anti-narcótico este de las preguntas...Si no lo necesitan pues sigan adelante y vayan a otro blog, en mi lista hay unos más interesantes.

¿Qué haremos (nosotros y cada quién) pues, con este pasar (la vida) por el tiempo (el año)? Hoy no sé si vale la pena sentarse y meditarlo demasiado o si será mejor tomar la bicicleta y recorrer las calles. A veces las ideas nacen mejor paseando. Lo que ya me avispa ante una posible reflexión: este tiempo que viene podríamos pasarlo caminando por las calles. ¿Qué podríamos hacer? Efectivamente, ir al trabajo a pie, perder unos kilitos, respirar árboles (eso del aire es solo una metáfora), comer con los amigos y jugar dominó a media plaza, visitar al abuelo en algún parque (aprovecho para mandarle un abrazo tierno al mío); pasear al perro y soltarlo cuando pase el vecino, armar una cascarita en la calle, mirar el cielo azul o gris, tocar la guitarra en un puesto de tacos o de hot-dogs (para que la gente no pierda lo bohemio por lo canival), pintar unos muros con historietas cómicas o malhumoradas, o de perdida subirnos a un camión aerodinámico pintado con flores y poemas y con techo para mirar las estrellas, las jetas o asolearse, con buena música, sin temor a salir disparados por un frenón bestial.

Se me olvidaba que no se puede pensar sin las condiciones objetivas que permiten hacerlo: no hay tiempo para soñar, hay que partirse el lomo trabajando horas extra (para que las vacaciones del próximo diciembre estén igual de buenas o para que el niño coma porque nadie come sin trabajo...(pero sí hay subsidio al petróleo y no a la comida...)); los camiones sí dan frenazos y uno debe estar trucha para no descalabrarse contra el tubo por estar leyendo poemas pendejos; en las calles si juegas futbol no sigues los consejos de la SVT: "peatón (niño) favor de no salir a jugar en las calles" y seguramente serás calcamonía en rojo carmín; los amigos no están en las plazas sino encerrados frente a la t.v. bebiendo chela, peleando con la vieja o trabajando como enfermos; tocar guitarra es para hippies idiotas bohemios y eso ya pasó de moda, los tacos están más buenos si se comen más rápido, las bardas no se pueden pintar porque las leyes lo prohíben, los abuelos ya no pueden salir de casa porque no es seguro...como otro chingo de cosas que nos dan ganas de hacer y no nos dejan. ¿Y por qué no nos dejan? Por el mentado Estado de Derecho, el orden social, la armonía del pueblo mexicano, la seguridad, la patria, el progreso y la eficacia (lo único eficaz es la manera en que nos chingan con celulares y productos), por cultura y educación, por modales, porque es de güevones disfrutar la ciudad, para que el turismo no salga corriendo (es lo nuevo) o porque el narcotráfico esta duro...

Vaya, parece que este año será el mismo que el anterior. De entre todo lo que imagino que podría ser y hacer con mi ciudad, sólo un par de cosas me dejarán: caminar por la banqueta (si encuentro alguna y que no esté invadida por los autos) y tomar el camión (para reventarme la frente)....

A menos que...las leyes me atreva a romperlas, según un uso moderado de mi razón civilizada (a martillazos y sangre) y si nada me demuestra que no se puede, me atreva a cerrar una calle con mis compas y armar la cascarita, decirle a los autos que se vayan al demonio y que la ciudad es mía y no suya (seguramente no escucharán, no tienen oídos); o pinte mi casa de perdida según se me antoje, con mensajes subliminales y calaveras o con flores y cosas retro o de rojo frenético o quizá cite a mis compas en una glorieta a jugar dominó y me lleve mis bocinas para no oir el claxon de los idiotas sin imaginación atorados en su rutina y su falta de distracción y sentido del humor, sin las preguntas necesarias para darle en la madre a las cosas inútiles, como el miedo a la vida o a la muerte, como el temor a las autoridades, como el cumplimiento sin saber de qué y por qué y hasta cuándo, sin la estúpida espera de una ciudad distinta sin que yo me prenda y arme un borlote, sin la rebeldía alegre de quien revoluciona su vida cotidiana "sin mucho pancho" y sale a caminar discretamente por las calles, sabiendo que ese simple acto, el de tocar el asfalto con las suelas, cambia la visión y el tiempo, hace las cosas nuevas, inaugura un mejor año, detiene la estupidés y nos hace más listos (y no pagamos por un pésimo servicio que en otros países es gratuito).

Los miro por las calles, desde arriba, en mi farol con mosquitos....porque abajo, el mundo sólo se vuelve respirable para....los blancos sepulcros...

el alumbrado 2009